El zumo de naranja es un alimento con numerosas propiedades para nuestro organismo. Pero ¿cuándo tomar zumo de naranja?¿En ayunas? ¿Antes del café con leche o después? ¿Puedo tomarlo por la noche?
Existen muchas dudas sobre cuál es la forma y el momento del día más apropiado para tomarlo.
Resulta evidente que la naranja y su zumo son un alimento altamente recomendable. No en vano la Organización Mundial de la Salud aconseja tomar cinco piezas de fruta o verdura cruda para mantener una dieta sana y equilibrada.
Ahora bien, ¿cómo hemos de consumir la naranja y su zumo para aprovechar mejor sus vitaminas y nutrientes? ¿es cierto que no debe tomarse por la noche?
En primer lugar ya sean exprimidas, licuadas o enteras, las naranjas y su zumo han de consumirse preferiblemente en su forma natural. Los zumos industriales y otras fórmulas procesadas no conservan todos sus nutrientes vitaminas y en algunos casos contienen azúcares añadidos que siempre es mejor evitar.
¿Mejor beber zumo de naranja o tomar una naranja entera?
En cuanto a la polémica sobre si es mejor para nuestra alimentación tomar naranjas enteras o en zumo, hay que señalar que las naranjas enteras, además de vitaminas y minerales nos aportan gran cantidad de fibra, lo que ayuda a mejorar nuestro tránsito intestinal.
Además, la fibra aumenta la sensación de saciedad, por lo que son de gran ayuda en las dietas hipocalóricas destinadas a perder peso.
Sin embargo, un zumo de naranja natural puede ser la opción perfecta para aquellos momentos en los que necesitamos reponer minerales y glucosa de una forma rápida.
Por ejemplo, después de realizar deporte o un esfuerzo físico. Además, su alto contenido en calcio facilita la absorción del hierro, lo que convierte en un complemento muy recomendable para pacientes con anemia. Y un vaso de zumo aporta aproximadamente el 60%de la vitamina C que el cuerpo necesita diariamente.
Estos datos nos dan una pista sobre cuándo tomar zumo de naranja. Por su propiedades y efectos sobre el organismo, parece más apropiado tomarlo en aquellas horas del día en las que permanecemos más activos.
Además, su alto contenido en vitaminas puede tener algún efecto en el ciclo del sueño, por lo que no se recomienda tomarlo por la noche, especialmente en los pacientes que sufren alteraciones.
El desayuno puede ser un buen momento para un zumo de naranja. Más aún si lo tomamos acompañado de otros alimentos, como tostadas o cereales, para contrarrestar el efecto de su acidez.
Aunque hay muchas personas que la toleran sin ningún problema e incluso lo toman en ayunas.
¿Qué contiene el zumo de naranja?
En la decisión de cuándo tomar zumo de naranja influye también los nutrientes que podemos encontrar en un vaso de zumo de naranja y sus propiedades.
Un vaso de zumo de naranja contiene principalmente:
- Ácido cítrico. Es el ácido que tiene el objetivo de potenciar todas las acciones de la vitamina C y la absorción del calcio en el intestino.
- Ácido málico. Es el que aporta el sabor ácido tan característico a la naranja.
- Vitaminas. Contiene vitamina C, vitamina A, vitaminas del grupo B, tales como B1, B2, B3, B6 y B9.
- Minerales. Las naranjas también contienen minerales como calcio, hierro, sodio, yodo, magnesio, fósforo, selenio, zinc y potasio, entre otras.
¿Cómo influye ese zumo de naranja en nuestra salud? Un zumo de naranja ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, actúa como un potente antioxidante, combate el colesterol, cuida la piel, ayuda a reducir el estreñimiento, combate las inflamaciones del organismo, previene las enfermedades cardiovasculares y es diurético.
Así que ya sabes, disfruta siempre que puedas de un zumo de naranja.
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