¿Sabes cómo se hace la leche en polvo? Existen distintas formas de obtener leche en polvo, ya sea a partir de leche entera o leche desnatada.
En cualquier caso se trata de buscar la forma de eliminar la humedad en menor tiempo posible, sin elevar demasiado la temperatura para evitar que se pierda sus propiedades.
Para muchos la leche en polvo sigue siendo un producto asociado a los tiempos de la postguerra. Pero aunque en la actualidad no es un producto de consumo habitual en los hogares de nuestro país, su producción sigue siendo fundamental para la industria alimentaria que la incluye en la elaboración de multitud de productos lácteos, postres y helados con interesantes resultados. Y también para las máquinas de vending de café.
En definitiva, la leche en polvo lejos de ser un producto del pasado, seguirá siempre comercializándose por sus múltiples ventajas: es fácil de conservar y almacenar.
Su peso es insignificante comparado con su preparación líquida y, además, no necesita refrigeración.
¿Cómo se obtiene la leche en polvo?
Básicamente, la leche en polvo se obtiene a mediante un proceso de deshidratación de la leche de vaca. El resultado es un polvo blanquecino ligero que mezclado de nuevo con agua permite «reconstruir» la leche.
La leche en estado líquido se somete a un tratamiento térmico de pasterización a alta temperatura, seguida de un proceso de concentración en varias etapas, hasta alcanzar una concentración aproximada de un 45% de sólidos.
La última parte del proceso se lleva a cabo un proceso de secado en cilindros calefactores, o bien por pulverización o atomización de la leche.
El secado por atomización se realiza en una corriente de aire caliente, donde la mayor parte del contenido de la leche se evapora, obteniéndose un polvo de color blanco amarillento que conserva mejor las características nutricionales de la leche.
A largo de su historia se han utilizado todo tipo de técnicas, siendo las más modernas y ventajosas las que utilizan técnicas de liofilización, es decir, eliminación de la humedad en condiciones de baja presión.
Esta técnica está basada en el desecado de determinados materiales por medio de la sublimación del agua contenida. Se realiza congelando el producto y removiendo después el hielo aplicando calor en condiciones de vacío, de esta forma el hielo se evapora evitando el paso por la fase líquida.
Se trata de un efectivo sistema para la preservación de los elementos nutricionales. Lo más interesante del método es que no altera la estructura fisicoquímica del producto y admite su conservación sin cadena de frío.
La eliminación de humedad permite obtener un producto con elevada estabilidad microbiológica.
Tipos de leche en polvo
A pesar de que hay muchos tipos de leche en polvo en el mercado, la producción se centra en los polvos de leche desnatados y en crema. La leche en polvo entera conserva un mínimo del 26% de materia grasa en peso, mientras que la leche en polvo desnatada conserva un máximo del 1,5% de grasa y tan solo un tercio de sus proteínas.
Es interesante que sepas que la leche en polvo tiene un alto valor energético y proteico por efecto de la concentración. También tiene una proporción muy alta de calcio y vitamina A, especialmente si se trata de leche entera.
La leche en polvo es también el secreto oculto de muchas recetas caseras. Se utiliza para dar cremosidad a la bechamel, más consistencia a los yogures caseros, firmeza a los flanes, y verás que las galletas salen más crujientes si añades a la receta leche en polvo.
Puedes incluso probar a hacerla tú mismo en casa. Para ello tendrás que evaporar el agua de leche poniéndola al fuego y removiendo hasta que reduzca y se convierta en una crema untosa, semejante a la mantequilla.
Es muy importante ir reduciendo el fuego a medida que le leche se vuelve crema y se espesa para evitar que se queme. Después hay que untar la crema resultante sobre una superficie antiadherente y esperar el tiempo necesario hasta que se seque. Verás entonces que se ha solidificado y puedes machacarse para después triturarla y reducirla a polvo.
Ahora ya sabes cómo se hace la leche en polvo. Te aconsejamos que la guardes en un bote bien cerrado y la tengas a mano para añadirla a tus postres y elaboraciones que no tardarás en descubrir. El resultado te sorprenderá.