¿Beber agua embotellada o del grifo? Es un debate abierto donde cada opción tiene sus defensores y detractores. Descubre en este post los post y los contras de cada uno de estos consumos.
Todos somos conscientes de lo importante que es el mantenernos bien hidratados. Beber agua a lo largo del día nos ayuda a reducir la sensación de fatiga, al evitar la disminución significativa del grado de atención.
Y, por si eso fuera poco y sobre todo en épocas de calor sofocante, nos ayuda a calmar la sed y a refrescarnos, lo que mejora de forma instantánea nuestros niveles de energía. Pero ¿qué es preferible, agua embotellada o agua del grifo?
Según el último informe técnico de del Ministerio de Sanidad, el 99,5% del agua del grifo en nuestro país es potable, es decir, apta para su consumo. Pero en contraposición, somos el cuarto país de Europa que más agua embotellada consume (115 litros por persona al año) lo que vendría a traducirse, según un informe de la OCU de 2017, en que un 46% del total de la población se decanta por el uso del agua envasada.
Agua embotellada o del grifo, un debate siempre abierto
Agua embotellada o agua del grifo es un debate abierto, donde cada opción tiene sus defensores y detractores. ¿Qué nos hace decantarnos por uno u otro consumo?
Sabemos que beber agua del grifo es en principio económica y medioambientalmente más provechoso.
No hay duda acerca de cuál es la opción más asequible y además se evitan los gases efecto invernadero procedentes de la fabricación, transporte, reciclado e incinerado del embotellado, etc.
Pero no debemos olvidar que para disponer de agua potable en todos los hogares se generan grandes costes que también tienen un elevado impacto ecológico al ser necesarios embalses, métodos de conducción, así como la construcción y el mantenimiento de las plantas potabilizadoras.
Por otra parte, para que todos podamos consumir el agua corriente es preceptivo desinfectarla previamente para poder garantizar su seguridad alimentaria.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los riesgos de tratar este líquido -principalmente con cloro y otras sustancias químicas– son superados por los beneficios que suponen someter estas aguas a tratamientos después de recorrer grandes distancias hasta poder llegar a nuestros hogares, por ese motivo lo aconsejable cuando decidamos beber agua del grifo es informarnos bien de las condiciones de salubridad del municipio en el que nos encontremos.
Consumo de agua del grifo y agua embotellada
El agua embotellada, por su parte, al considerarse un alimento, está sometida a estrictos protocolos de control. No necesita ser tratada y es apta para el consumo desde su origen ya que siempre mantiene la misma composición.
Según ANEABE (Asociación Nacional de Empresas de Agua de Bebidas Envasadas), beber dos litros de agua mineral natural al día (es decir, agua embotellada) aporta los minerales esenciales y oligoelementos que ayudan al organismo a satisfacer las necesidades diarias de forma saludable.
El consumo de agua envasada, al no estar tratada con cloro y por su menor cantidad de cal, siempre tendrá un buen sabor.
Y precisamente el sabor es uno de los motivos por el que muchos consumidores se decantan por esta opción, ya que hay comunidades en las que el agua del grifo tiene un gusto mucho peor, como por ejemplo, Cataluña, Baleares, Canarias, la Comunidad Valenciana o Murcia donde se compra mucha más agua embotellada.
Si a esto le sumamos un correcto mantenimiento y almacenaje de los envases podremos evitar en gran medida las posibles causas de su deterioro beneficiándonos así de todas sus propiedades minerales.
Entonces, ¿agua embotellada o agua de grifo? Como hemos dicho, cada opción tiene sus ventajas y desventajas. Lo importante es que te hidrates y consumas los dos litros diarios recomendados para que tu organismo funcione en condiciones.