El agua mineral aporta a nuestro cuerpo una gran cantidad de minerales y oligoelementos que son esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Pero dependiendo del tipo de agua mineral y su procedencia, esas elementos varían en cantidad. De hecho no existen dos aguas minerales iguales.
Las características de la zona geográfica en la que se encuentre cada agua o el tiempo que permanecen en los acuíferos marcan esa diferencia.
Qué minerales contiene y qué aportan
Pero ¿qué minerales contiene el agua mineral? Básicamente son tres: el sodio, el magnesio y el calcio.
Cada uno de ellos ofrece unos beneficios para la salud. Por ello mirar el etiquetado puede ayudarte a elegir según tus necesidades.Por ejemplo, las aguas con más contenido en calcio (aguas cálcicas) ayudan a prevenir la osteoporosis.
En el caso de las magnésicas, refuerzan huesos y dientes, son ligeramente laxantes y ayudan a combatir el estrés. Además, las autoridades sanitarias recomiendan consumir 20 mg/l de calcio y 10 mg/l de magnesio al día, elementos que en muchas ocasiones podemos obtener a través del agua mineral natural.
Por su parte, las bicarbonatadas o alcalinas facilitan la digestión y neutralizan la acidez del estómago.
Y las hiposódicas son recomendables en casos de alteración renal, hipertensión o retención de líquidos, así como para bebés y ancianos. Mientras que las sódicas, si se acompañan del ión de bicarbonato son digestivas.
Por este motivo, las etiquetas del agua mineral especifican todos los valores de su composición y eso nos puede resultar tremendamente útil. Para ello hay que prestar atención al parámetro residuo seco, que nos indica la cantidad de minerales que contiene.
Tipos de aguas según su mineralización
Un agua de mineralización débil contiene como máximo de 50 mg por litro de residuo seco. Mientras que un agua de mineralización fuerte puede llegar a contener hasta 1.500 mg por litro de residuo seco.
Las aguas de mineralización débil o muy débil tienen efecto diurético, por lo que están indicadas para todas aquellos pacientes que padecen cálculos urinarios, para personas con hipertensión, y son las más aconsejadas para la preparación de biberones y alimentos infantiles.
Las aguas de mineralización media tienen efectos similares a las aguas de mineralización débil o muy débil, aunque la acción diurética es menor cuanto mayor es su contenido en residuo seco.
De hecho es que las aguas de mineralización fuerte suponen un aporte en minerales muy destacable tales como el calcio y el magnesio.
Todas ellas son saludables, pero cada una nos aportan cosas distintas. Por ello es importante saber qué agua mineral necesitamos en cada momento de nuestra vida o según las circunstancias.
Y esto es fundamental porque en los últimos años se ha extendido el mito de las bondades del agua mineral de mineralización débil frente a las demás. Ni es más ni menos buena.
Los minerales son importantes para nuestro organismo. Por ejemplo, si practicamos un deporte perdemos minerales con la sudoración. Y la mejor forma de reponerlos es a través del agua mineral. O en el caso de las mujeres embarazadas o las personas mayores que necesitan consumir más calcio y el agua mineral puede ayudarles.
Por todo ello, podríamos concluir que comprobar la etiqueta para conocer la composición mineral que vamos consumir cada día es un hábito muy recomendable que además puede aportarnos importantes beneficios a la salud de una forma natural.
Tiempo de Café